domingo, 6 de septiembre de 2015

Doña Beatriz, salve usted la patria!

La chicha es una bebida alcohólica derivada de la fermentación del maíz, esta tiene un amplio recorrido que viene desde la época prehispánica.
Con el maíz los muiscas elaboraban diferentes platos, ya sea molido, asado o en tamal, pero una de las preparaciones mas conocidas era en bebida, la chicha.
Ya en el siglo XIX se seguía elaborando este licor, aún recuerdo la chichería de mi madre Beatriz, la entrada era en un zaguán, desde el cual se llegaba a un cuarto oscuro, sólo alumbrado por la leña de la cocina y una que otra vela de cebo, la única entrada de aire era la puerta, sin baños, el piso era de tierra y las paredes de bahareque negras por el humo.
desde joven me enseñó la receta, el maíz es bien lavado y machacado y luego envuelto en hojas que hierven diez o doce horas hasta que se ablandan. Esta materia pulposa es entregada en un cedazo burdo y el mejor ceñido es colocado en barriles de diferentes tamaños a los que se añade melaza en distintas cantidades, cuya proporción varía para cada chichera, esta fermenta y a pocos días está lista para beberse.
Hoy en 1877 a mis 74 años sigo en el negocio de la chicha, trabajo con mi hija Antonia.
Mi madre era una mestiza, hija ilegítima de un español y una indígena, viuda de otro mestizo con el que concibió una hija, mi hermana, ambos murieron en una revuelta en 1815. Yo fui producto de un español, este murió a manos de José, meses después de mi nacimiento, cuando mis ojos azules delataron ami madre y le hicieron contar la verdad de mi origen.
Una noche, el 23 de julio de 1819, pocos días después luego de mi cumpleaños, entraron dos criollos militares acompañados por un europeo que no hablaba claramente nuestra lengua, se sentaron en la mesa de la esquina y ordenaron 3 totumas, las bebieron intrigados,por su conversación me dí cuenta de que los criollos eran Simón Bolivar y Francisco de Paula Santander y el extranjero se llamaba james Rooke, luego de tomar su segunda totuma se escuchó al general Santander decir "ahora si caballeros a lo que vinimos", hablaron acerca de desplazarse a Paipa, con el fin de cortar la comunicación del ejercito realista con santafé de Bogotá.
Cuando terminaron ya de hablar bebieron, tomaron como 5 totumas cada uno además de una botella de ron que tenía Rooke en su pantalón, pocas veces se había visto a unos criollos alcoholizarse tanto.
Bolivar me miraba fijamente desde que entró, pero ahora su mirada era más penetrante, como si nunca hubiera visto a una mujer, luego de un tiempo se me acercó, intentaba hablar de forma fluida pero la cantidad de licor que había ingerido no se lo permitía. Me besó entonces para no desvelar su torpeza, yo se lo permití. 
El no era mal parecido, me besó de nuevo, esta vez opuse mas resistencia, luego sus manos empezaron a resbalar por todo mi cuerpo, cada vez me besaba con mas intensidad y siguió. Mi hija nació el 15 de abril de 1820, María Antonia.
Mi madre se dió cuenta de lo que ocurría y los echóa patadas del lugar, a mi me golpeó en repetidas ocasiones.
Al día siguiente pasó un español, era un soldado sin la menor importancia, Beatriz lo invitó a pasar, le ofreció una totuma, el español estaba agradecido, tiempo después procedió a contarle lo que hablaron los personajes de la noche anterior, él informó a Barreiro, que movió sus tropas casi en paralelo con las de Bolivar y se encontraron el 25 de julio en el paso del pantano de vargas, donde como es bien conocido por todos una aguerrida batalla fue el principio del fin de la ocupación española en suelos latinoamericanos.
Tiempo después ya en la repúnlica, Simón Bolivar hizo la primera prohibición de tantas que tendría la chicha, tal vez por su mala experiencia que le dejó con un hijo, un "guayabo" y una de las batallas más significativas para el movimiento independentista de la nueva granada y toda suramérica.